Dom. Jul 21st, 2024

Las intervenciones o terapias no farmacológicas para las personas mayores con demencia son numerosas y variadas. Dichas intervenciones no farmacológicas permiten controlar el dolor, disminuir el estrés, estimular cambios positivos en el estado de ánimo, aminorar la depresión y mejorar la conciencia de sí mismo y del entorno, más info en estimulacioncognitiva.info.

Entre las intervenciones no farmacológicas están los ejercicios de memoria y orientación, la terapia artística, la aromaterapia y la musicoterapia, y el contacto con animales. 

Las manifestaciones del deterioro cognitivo y del trastorno de estrés postraumático son tratables con una serie de intervenciones de carácter no farmacológico en las áreas psicológica, conductual y ambiental.

Como profesional de la salud, puede obtener asesoramiento acerca de la disponibilidad de estas actividades y sesiones de entrenamiento para los pacientes y sus familiares y cuidadores.

A continuación presentaremos algunas de las ventajas que brindan este tipo de terapias.

Ayudan a la adaptación del diagnóstico 

La terapia cognitivo-conductual es una herramienta muy útil en la adaptación al diagnóstico inicial, en la previsión y en el tratamiento de la depresión en las primeras fases de la demencia. Estos tratamientos pueden ser especialmente útiles en el momento del primer diagnóstico.

Hacen que el entorno se prepare de mejor manera 

Un tratamiento no farmacológico como la psicoterapia y las intervenciones psicoeducativas podrían servir para ayudar a los cuidadores a hacer frente a la asistencia que reciben de la persona que padece demencia, así como para mantener ellos mismos su salud y bienestar. 

Disminuye los problemas conductuales

Las terapias de manejo de la conducta son útiles para tratar los patrones desafiantes (difíciles de manejar) del comportamiento de las personas con demencia. Este tipo de comportamientos puede ser la deambulación, el nerviosismo y las preguntas repetitivas.

Se enfocan en hacer del hogar un lugar seguro 

Existen modificaciones del entorno que promueven las soluciones innovadoras a cualquier signo de demencia, adaptándose a las condiciones del entorno de la persona con demencia. El ambiente ideal de un paciente con esta enfermedad es aquel que no es estresante, constante y familiar. 

Le brindan apoyo al paciente

Otra intervención no farmacológica es a través de los grupos de apoyo a la demencia, es posible desarrollar sistemas de apoyo útiles y descubrir el potencial que tienen los servicios de apoyo en el momento que sean de necesidad. 

Fortalecen la autoestima

Por ejemplo, las herramientas Montessori con parte de la intervención terapéutica y se enfocan en apoyar la independencia de las personas con pérdida de memoria a partir de la realización de actividades significativas, roles e instrucciones del entorno.

En el caso de las personas que se encuentran en las primeras fases de la demencia, la formación para la memoria y el uso de ayudas externas a la memoria puede ayudarles así a maximizar su funcionamiento cognitivo y autonomía.

Asimismo, hay otras formas de terapias de estimulación sensorial que ayudan en la mejoría del paciente, prestando especial atención al cuidado de la salud mental. Estas pueden ser los masajes ligeros y aromaterapia, terapia musical y de danza, terapia asistida por animales y terapia multisensorial. 

En las estrategias de terapias no farmacológicas para personas con Alzheimer destacan las iniciativas para favorecer el sueño (reducción del ruido y de la luz), así como la relajación (tacto, música), el movimiento (movilización temprana) e incluso la orientación del paciente. 

Por secuex